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Lecciones al otro lado

 

Eliut llevaba ya alrededor de dos años efectuando incursiones al otro lado, con cierta regularidad, en el caso de este joven de 17 años, descubrió que la habilidad de proyectarse fuera de sí, se había desarrollado de forma natural, pero por físico temor nunca había intentado explorar más allá de los límites de aquellos entornos físicos por el ya conocidos. Eliut es un joven bastante simple y natural, a decir verdad este individuo  no es lo que llamaríamos un pensador nato de inteligencia excepcional, tampoco es un tonto que se cae de culo, para simplificar podemos indicar que es un sujeto  muy peculiar dado que parece hallarse por lo menos en este punto de su vida en un estadio intermedio entre el sabio y el ignorante, lo cual ya es de por si una gran bendición en esta convulsionada y agitada era donde prima la estupidez, una estupidez humana que se torna en ocasiones ofensiva y criminal. Eliut siendo de naturaleza solitaria y poco amante de la lectura, simplemente un día cualquiera tras un entrenamiento de natación arduo y al terminar más que exhausto con justificada razón, decidió tumbarse sobre el viejo colchón de su cama, al hacerlo casi que de inmediato reboto para luego quedar suspendido en el aire, de inmediato se supo fuera de sí, lo cual como fenómeno ya era algo natural en él.

 

Pensó unos instantes si debía proseguir espiando vecinos, entrando en casas desconocidas o deslizándose  hacia las zonas costeras del país, para disfrutar de la vista, las mujeres y un sol que por más que calentase no podía tocarle, merced a la aparente “invisibilidad” que le confería su segundo estado, esto es el estado proyectado.

En alguna conversación del pasado que sostuvo con una persona un par de años mayor, sobre viajes lejanos fuera del cuerpo, le escucho decir que los espejos actúan como plataformas o mejor aún como puertas de acceso a otros mundos que estando en este mismo entorno físico, solo pueden ser visitados por medios no convencionales, medito un momento el paso a seguir, así que espejos……..musito para si

 

Después de todo no había mucho más para ver según él, de continuar desplazándose por este nivel de realidad al que convenientemente se le denomina “realidad”, ya está pensó con resolución el joven a ver que hay mas allá, recordó que en el baño principal de su casa, justo en el primer piso un gran espejo adornada el lavabo, rápidamente desde su habitación ubicada en la segunda planta de la propiedad, se trasladó con un solo pensamiento, haciendo gala de su habilidad inherente para dominar y desplazarse a voluntad en entornos físicos durante el estado proyecto; podríamos inferir con cierta razón que Eliut había alcanzado cierto grado de maestría en lo que a proyectarse y dominar el segundo estado se refiere, la experiencia fuera del cuerpo era para Eliut casi que como una función más de su ser, análoga al acto mecánico de respirar, no precisaba horarios particulares, disposición especial o técnica alguna, le bastaba con desearlo tumbarse en la cama o echarse sobre un sofá y al simple influjo de su pensamiento era capaz de abandonar su cuerpo.

Cuando se encontró frente al espejo observo como en diversas y anteriores ocasiones había tenido lugar, que la ubicación de algunos objetos o la forma de estos, tendía a distorsionarse, tendía a variar en el segundo estado, es decir en estado proyectado, siendo así observo que el espejo no reflejaba absolutamente nada, ni la pared detrás de él, ni la imagen del mismo, nada absolutamente nada, el espejo simulaba más un televisor led pantalla plana, aunque para ser fiel a la impresión primaria del chico, parecía como si el espejo se hubiese trasformado en un espejo de obsidiana, era un negro brillante y magnético, de un momento a otro Eliut comenzó a ser succionado, a ser atraído por una fuerza extraña hacia el interior del espejo; de repente se hallaba viajando por una especie de túnel, de aquellos túneles que evocan los recuerdos sobre la serie de viajes en el tiempo traducida por titula para Suramérica como deslizadores hacia la década de los años noventa;  y cabe aquí la mención al tipo de túnel por analogía, pues eso era justamente lo que este chico sentía, estaba realmente viajando, se estaba desplazando por el tejido mismo del espacio-tiempo e intuía que su destino era  el lado justo detrás del espejo en el que habitan seres que observan, que se hallan siempre atentos, vigilantes a nuestros movimientos, pero de los cuales gracias a nuestra gran torpeza o dicho eufemísticamente, debido a nuestra incapacidad cognitiva somos incapaces de notar tan siquiera.

 

No sabe exactamente qué tiempo había trascurrido desde que fue tragado por el espejo, porque realmente no tenía la más mínima idea, lo único que había acontecido desde su entrada hasta el momento era visiones a través de aquel túnel en el que convergían todos los tiempos posibles, Eliut se percató de que estaba observando de forma simultanea lo que había sido, lo que sucedía y lo que sería, en una palabra estaba observando el mundo sin tiempo pues todos convergían en un flujo ininterrumpido y podía ser visto como si se tratase del simple acto de ver a través de una ventana. De manera intempestiva choco o reboto contra un muro al ser expulsado mientras contemplaba a través del agujero…. Algo aturdido se incorporó y se sintió extrañamente denso o más bien normalmente corpóreo, trato de tomar vuelo, pero nada solo dio un pequeño salto y al contacto de sus pies con el suelo noto una extraña familiaridad con el mal llamado mundo real…… que sucede aquí? Dónde estoy? Justo cuando en un monologo solitario iba a formular para sí mismo la tercer pregunta, se sintió observado, volteo a prestar atención y de repente se vio  en un amplio salón, tan grande hasta donde su vista podía sondear y aun así, se perdía fácilmente las proporciones del espacio donde se hallaba, comenzó a caminar un poco y a unos 2 metros de distancia una especie de bruma comenzó gradualmente a tomar forma, forma humana, Eliut contuvo el aliento, antes había visto un par de entes cuando se desplazaba y viajaba largas distancias siempre a lugares físicos claro, pero nunca había visto nada igual, el ser que ante si emergía de la aparente nada, se mostraba imponente, magnético pero a la vez cálido, le sonrió este a Eliut y le hizo un ademan para que caminaran, Eliut respondió con un gesto de cabeza  y se acercó a este ser que en toda regla se veía y se sentía humano.

Hola dijo Eliut, te estaba esperando amigo le contesto aquel ente, como sabrás ya te hayas al otro lado, pero tu primer pregunta por ser la más  irrelevante será omitida en lo que sigue para dirigir tu atención hacia el objeto real de tu visita, estas aquí para aprender.

 

Como yo aprender apuntó Eliut;  en lo que parecía ser  un error sintáctico y lingüístico abismal que le causo gracia al ser, Eliut no eres muy listo, es curioso que el lenguaje conserve sus mismas reglas en todas las regiones del multiverso no, es extraño que el lenguaje sea el vehículo del verbo rector que cohesiona y da forma a la existencia física misma no, pero no perdamos rumbo te parece. Ja jajá si eso creo señor; entonces Eliut trata de sintetizar y organizar tus pensamientos, dime cuál es tu primera pregunta, tratare de contestarte empleado un lenguaje que sea admisible y comprensible para ti al tiempo que manejo analogías y referencias de tu mundo está bien.

Eliut fijo sus ojos grandes y oscuros sobre este ser y sin dilatar más su charla previa  le pregunto; ¿qué es el miedo?………..

 

 

PRIMER LECCION: ALGO SOBRE  EL MIEDO.

 

Veamos el currículum vitae de un ciudadano medio de cualquier sociedad moderna de un país desarrollado con brevedad y con las inevitables generalizaciones: un niño nace, y acto seguido, es vacunado por el miedo que sus padres tienen a las enfermedades. Posteriormente, con cuatro o cinco años, sus padres le escolarizan por miedo a no poder ofrecerle ellos mismos una educación que integre a su hijo en una sociedad a la que tiene miedo y que no comprenden muy bien. El niño crece aprendiendo de un profesor al que tiene miedo, comportándose según los patrones establecidos por miedo a no ser aceptado por el grupo, respetando a otros niños y profesores que amenazan a través del miedo. El niño continúa insertado en el sistema educativo –“estudiando”- por miedo a decepcionar las expectativas colocadas en él. Dentro de ese sistema, “escoge” una formación universitaria por miedo al porvenir, miedo al futuro, miedo a quedarse encerrado: busca una “salida” profesional. En este medio pre-universitario, se inicia en la sexualidad, poniéndose un condón por miedo al SIDA, a un hijo, a engendrar vida, o contraer una enfermedad. Finalmente inicia sus estudios universitarios según los miedos generales: carrera con más “salidas”, preferencia de la familia miedosa, ambiente de miedo… En la universidad tiene miedo a suspender, miedo a perder la “beca”, miedo a tener que pagar más dinero por tener miedo; y, tras unos cuantos años de angustias y miedos, se “gradúa” en un estudio del que tiene miedo que no sirva para insertarse en el mercado laboral. Por este miedo, hace un “master”, una “post-graduación”, una especialización porque tiene miedo de que lo ya estudiado no sea suficiente.

 

Paralelamente, como tiene miedo a la soledad, conoce a una mujer y  tras cierto miedo al compromiso por parte de ambos, deciden casarse, a pesar del miedo que supone hacerlo sin tener un empleo estable. Sin embargo, él consigue un trabajo en una corporación a través de un proceso selectivo que da miedo. Trabaja en una corporación más de 40 horas semanales por miedo a quedarse en el paro o ser echado por recorte de personal y no poder afrontar la hipoteca que firmó para vivir en un apartamento en el que su mujer tiene miedo cuando se queda sola. Él obedece a un jefe al que tiene miedo; inculca miedo a sus subordinados; actúa tal y como se espera de él por miedo a no ser aceptado por la empresa; silencia indignidades que presencia dentro del entorno de trabajo por miedo a romper el “secreto profesional”. Poco a poco, es promocionado: él tiene miedo a no poder con tanta responsabilidad; no tiene tiempo nada más que para el trabajo, y así su matrimonio se ve afectado. Él tiene miedo de que su mujer le sea infiel, por lo que él mismo engaña a su mujer con la secretaria, completamente a escondidas, porque tiene miedo a que lo descubran. Sigue promocionando en el trabajo aunque tenga miedo a la crisis y a los recortes de plantilla.

 

Tiene poder adquisitivo y puede comprar ciertos productos que aplaquen su miedo: firma seguros varios que cubren riesgos a diferentes miedos (incendios, accidentes, terremotos…), apoya activamente a partidos políticos que hablan del miedo a una amenaza terrorista, un colapso económico, una pandemia global, una eventual tercer guerra mundial; se hace una vasectomía por miedo a tener más hijos de los que ya tienen (1 ó 2, si es que tienen), compra una gran casa en las afueras de la ciudad por miedo a la inseguridad del centro, y la blinda con muros, alarmas y cámaras por miedo a los ladrones.

Continúa trabajando en la corporación, y ahorra mucho dinero que guarda en un banco por miedo a perderlo. También invierte en un plan de pensiones porque tiene miedo de llegar a viejo sin garantías sociales; también firma un seguro de vida con 50 años porque tiene miedo de morir demasiado pronto. Así, con sesenta y pico de años, finalmente se jubila en la empresa, y tiene miedo de sentirse inútil y miedo a aburrirse. Como defensa de estos miedos, se convierte en un jubilado insoportable, y ese mal carácter le causa algunos problemas de salud. Visita al médico, y este le mete el miedo en el cuerpo, del infarto, del colesterol, del cáncer, de la artrosis, de la demencia senil (que de hecho se padece desde que el individuo elige adaptarse a una sociedad radicalmente enferma)… Evita todos los vicios que ha tenido durante toda su vida, y que en la vejez le causan miedo. Ya es tarde: enferma gravemente y –como tiene un miedo atroz a la muerte- la medicina moderna hace todo lo posible para prolongar la enfermedad y con esta su agonía y sufrimiento. En una agonía mantenida con fármacos, los médicos le suministran potentes opiáceos que alejan al moribundo del miedo al dolor. El ciudadano moderno muere, y su último pensamiento fue observar el miedo a cuestionarse si la vida así vivida tiene algún sentido…

¿Queda entendido? El motor del modo de vida moderno en tu mundo es uno: el miedo.

 

El ser tras su lacónica disertación se queda observado a Eliut y no puede evitar reírse, eres un chico muy gracioso amigo, Eliut aún no sale de su asombro tras escuchar y sentir en su interior al fuerza de este discurso y la verdad que se esconde tras el mismo su asombro se mantiene por un par de segundos más y vuelve a mirar al ser, entonces cuestiona…. Si el motor de la vida es el miedo, no es probable que la vida como tal sea algo muy distinto de aquello que nos han dicho, la vida será acaso algo muy diferente a lo que se asume y se da por sentado, dime ¿Qué es la vida?...........

 

 

By @Tuto201333

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